En nuestro consultorio médico de traumatología, ubicado en el Centro Médico (Av. 3 de Abril 869, en Corrientes Capital) con frecuencia vemos pacientes que presentan desgarros, o bien, pacientes que desean informarse sobre cómo prevenirlos.
Es por ello que hemos decidido hacer este post para compartir algunas consideraciones respecto a los desgarros y los consejos que un médico traumatólogo puede dar a sus pacientes.
¿Qué es el desgarro muscular?
El desgarro o la diustensión muscular son una rotura o desgarro de la unión miotendinosa en el músculo.
Es una lesión traumática en la que existe un desgarro parcial o completo de un mayor o menor número de fibras musculares.
Además de verse afectadas las fibras musculares, también puede ocurrir que se vean afectadas las estructuras circundantes como ser: el tejido conjuntivo que las rodea o también los vasos sanguíneos.
En este último caso, se producirá un hematoma en la zona afectada, lo cual indica que efectivamente los vasos sanguíneos han sido afectados por el desgarro.
Es importante prestar atención a este punto ya que en tal caso se veráafectada la nutrición del músculo, así como la eliminación de desechos de la actividad muscular.
Generalmente, los músculos de las extremidades suelen verse más afectados por desgarros o distensiones musculares. Generalmente la falta de calentamiento adecuado antes de inciar una actividad física puede producir desgarros.
Consejos de su médico traumatólogo: Cómo prevenir desgarros
Es importante comentar que si suspendemos por un tiempo prolongado la actividad deportiva del deportista, este hecho tiene como consecuencia la pérdida de las mejoras conseguidas durante en entrenamiento.
Entre estas mejoras encontramos las mejoras fisiológicas del músculo; fortalecimiento del músculo y aumento del metabolismo. Ello conlleva a un aumento de posibilidades de sufrir una rotura de fibras durante el regreso a lo entrenamientos o competiciones.
Con lo cual es importante que el deportista (profesional y amateur) mantenga ua disciplina de rutinas prolongada en el tiempo con constancia).
La nutrición adecuada previene el adelgazamiento de las fibras musculares, con lo que serán de mayor resistencia.
Una mala circulación sanguínea (tanto venosa como arterial), ocasiona que durante el ejercicio el músculo no recibe el aporte suficiente de flujo sanguíneo con lo que las sustancias de desecho no se eliminan adecuadamente; ello implica a su vez una posible “intoxicación” del propio músculo.
Asimismo, antes de realizar cualquier actividad deportiva es importante que el propio deportista sea consciente de la importancia de realizar un correcto protocolo de calentamiento.
Es muy importante preparar el músculo antes de trabajar en el deporte.
Tratamiento del desgarro muscular
- Inspección visual: tanto en reposo como al solicitar las acciones que veamos convenientes para la exploración. Pondremos especial cuidado a la hora de solicitar ciertas acciones,ya que éstas podrían empeorar el estado de la lesión.
- Palpación: realizar una palpación exploratoria completa del músculo afectado, teniendo en cuenta posibles molestias por la propia presión ejercida o por la propia tumefacción existente.
Cabe destacar que según el grado del desgarro muscular, existen tres categorías: Leve, moderado y grave.
Sin embargo, en todos los casos es importante el control del médico traumatólogo lo antes posible para analizar la situación y evaluar el tratamiento a seguir.
Por lo general, recomendamos en un primer instante el uso de compresión, hielo para desfinlamar, la elevación del miembro cuyo m´suculo se ha desgarrado, la movilización activa (slo en desgarros leves, ya que en moderados y graves se utilizarán muletas durante el tiempo de recuperación),
También es factible que el médico indique: Entrenamiento isométrico, tens. Entrenamiento en piscina, estiramientos indoloros, potenciación isotónica (comenzando con pesos ligeros a más pesados y primero con acciones concéntricas a excéntricas), ejercicios funcionales.
Es importante que el médico sea quien indique y evalúe el tratamiento a seguir, en ningun caso el deportista o la persona afectada debería actuar sin consultar a su médico traumatólogo de confianza.